La Asociación Boadilla Voleibol nace en 2016 y, desde el 2019, José Manuel ha sido el responsable de entrenar a las jugadoras de la categoría senior A. Este equipo que, en un principio era un grupo de amigas que disfrutaban jugando juntas, ha dado un salto de calidad y en solo tres temporadas ha conseguido pasar de tercera a segunda división y rozar con los dedos el paso a primera.
¿Cómo llegaste a ser entrenador?
Yo venía del baloncesto, pero con 16 años mi profesora de Educación Física nos enseñó a jugar al voleibol y me enganché. Después de varios años como jugador, me lesioné la espalda y lo tuve que dejar. Ahí fue cuando me planteé ser entrenador.
¿Y cómo llegaste a este equipo?
Las jugadoras, que acababan de llegar a la asociación, contactaron conmigo. En ese momento estaba en el colegio Amanecer de Alcorcón.
¿Qué es lo que más te gusta de ser entrenador?
Enseñar, sin duda. Incluso más que la competición. Cuando veo la evolución en un jugador, salgo motivado. Consigue que el sacrificio compense.
¿Y lo que menos?
Que me quita tiempo libre (ríe). Es muy difícil hacerlo compatible con la vida. Mi trabajo oficial, por decirlo de algún modo, es en el sector de la seguridad, así que dedico todo mi tiempo libre a entrenar. Y eso con familia es muy costoso. Aunque ya estoy metiendo a mi hijo en el mundo del deporte y con nueve años juega al baloncesto.
Háblame del senior A
En categoría senior tenemos dos equipos, A y B, y el A, que entreno yo, es el más competitivo, el que tiene jugadoras de más nivel. Tenemos un rango de edad muy amplio, de los 16 a los 30. En estos cuatro años trabajando con ellas han cambiado el chip y tienen muchas ganas de competir.
¿Qué cualidades intentas transmitirles?
Sobre todo confianza en sí mismas. Solo así pueden dar el 100% y contagiarlo a las demás. No me importa que fallen, pero que no les falte la confianza. De los errores se aprende. Esto es muy importante en el deporte y en la vida. Y, por supuesto, el compromiso con el equipo.
¿Cómo habéis terminado la temporada?
Hemos conseguido mucho. El nivel ha subido una barbaridad en los entrenamientos y ha sido la razón de ascender de 3º a 2º, y de llegar esta temporada a semifinales para pasar a primera. Al final no ha podido ser, pero estoy igualmente orgulloso de ellas. Además, el club se involucró un montón y nos apoyó mucho.
¿Y para el año que viene?
Pues, si mantenemos el juego y las jugadoras, volveremos a pelear por el ascenso a primera. Esta temporada las chicas estaban nerviosas, psicológicamente hay que estar preparadas para jugar un partido de ese nivel. Pero han aprendido mucho, ha sido una toma de contacto muy positiva con este tipo de competición. Las cosas pueden ser muy distintas el año que viene.