¿Qué has estudiado, a qué te dedicas fuera del automovilismo? He estudiado diseño gráfico, y profesionalmente he trabajado como diseñador y luego pasé a una empresa de exportación, donde sigo como administrador y vendedor.
¿De dónde viene tu pasión por el automovilismo?Me viene desde pequeño. Mi padre me ha inculcado el gusto por los deportes de motor. A él nunca le han gustado los deportes de pelota, odia el fútbol. Hacía motocross y yo de pequeño también lo practicaba. Me gustaban los coches y me llevaba a ver carreras. Al final, estoy aquí por su culpa.
¿Cómo pasas de ser administrativo a piloto de carreras?
Unos mecánicos empezaron a tomar tiempos y le dijeron a mi padre: 'Tu hijo es bueno. ¿Por qué no corréis?'
Empezó como un hobby. Iba con mi padre a los track days, que son eventos en los que puedes ir con tu coche y dar unas vueltas en un circuito para ver qué tal pilotas. Mi padre tenía un Porsche e íbamos con él a correr a circuitos como el de Marbella, Aragón...
A partir de ahí se me empezó a dar bien, aunque nunca me había atrevido a pilotar en karts porque es un mundo muy complicado en el que me tenía que buscar la vida. Era una cosa que implicaba salirme de mi zona de confort siendo un niño...
Unos mecánicos empezaron a tomar tiempos y le dijeron a mi padre: “Tu hijo es bueno. ¿Por qué no corréis?”, y a partir de ese momento ya vino la competición de verdad.
En noviembre ganaste la Ferrari Challenge. ¿Qué cualidades hay que tener para ganar un campeonato como este en el que prácticamente ibas de nuevo? Hay que tener muchísima cabeza y ser muy constante. Hay que estar tranquilo en las situaciones más tensas para poder puntuar lo máximo posible. Por ejemplo, si en un circuito no vas bien, das tu máximo y solo te alcanza para ser quinto, no desesperarte y ser consciente de que ese es tu puesto.
Yo lo aprendí al final con dos salidas que tuve en un par de carreras, y peligró el campeonato. Tuve suerte de que el que iba primero también se salió, pero aparte de eso, si yo no hubiera sido constante, no lo habría conseguido. Hay que puntuar lo máximo que puedas, pero sabiendo hasta dónde eres capaz de llegar. Si fuerzas demasiado, puedes cometer errores.